Cada vez me gusta menos el fútbol y más el rugby: este último es más limpio (con mucho mayor contacto entre jugadores), es más claro (se ve todo lo que pasa en el campo gracias a la incorporación de la tecnología), es más respetuoso (con el árbitro, al que ni se le rechista; con el adversario, al que se honra jugando lo mejor posible de principio a fin) y encima no se dan esas batallas campales entre aficionados en las puertas de los estadios.

Aparte de estas no pocas diferencias, una de las cosas más emocionantes que se puede ver en los partidos de selecciones, es precisamente el momento de los himnos nacionales, y ver tan frecuentemente escucharlos a los jugadores (tipos grandes y bien curtidos) con lágrimas evidentes en los ojos ..es emocionante! Sobre todo para un español, que tiene un himno sin letra, que ve como sus jugadores se envuelven en las diferentes banderas de sus regiones, y que a veces tiene que soportar que su himno y símbolos sean abucheados de la manera más evidente y vergonzosa sin que nada suceda.

A todos aquellos que amen el rugby o que alberguen sentimientos parecidos a los que expongo arriba, les invito a que vibren con el enlace adjunto, incluido el visionado del pequeño fragmento de vídeo que lo acompaña. Amigos argentinos, hermanos argentinos, les felicito por como sienten sus colores:

http://www.rugbytime.com/blogs/psicologia-del-deporte-cuando-las-lagrimas-hablan/