El otro día fui al gimnasio, y tomo el ascensor para subir y de nuevo al terminar, para bajar. Iba con la habitual prisa, y el ascensor nunca estaba donde lo necesitaba …ni a la subida, ni a la bajada. Y es que hay días en que parece que TODO está al revés de cómo debiera, de la forma más conveniente para complicarnos la vida ..o no te pasa?

Después me puse a pensar en que es puro azar, y que no depende de uno como se encadenan estos pequeños hechos …pero si depende, y totalmente, como los miramos y como los vivimos. Y la siguiente vez que encontré el ascensor donde no debía estar, tanto a la subida como a la bajada …se me escapó una sonrisa.​

Hay tantas veces en que pensamos que vivimos en un episodio continuo de la “Ley de Murphy” (todo nos puede salir mal? Pues nos sale mal), y sin embargo, lo que depende de nosotros es como nos lo tomamos, empezando por ver que “…no depende de mi” y que “no es tan importante”.

Para ello nos puede ayudar una técnica muy sencilla, pero enormemente eficaz: respirar consciente y profundamente un par de veces (lo que nos conecta con el momento presente), y darle a lo que pase la importancia adecuada. De hecho, es a estas cosas que son poco importantes a las que en el día a día, y en estas pequeñas cosas que nos sacan de quicio, a las que les damos mucha más importancia de la debida.

Moraleja:
Practica, ante esas incomodidades del día a día, que te sacan de quicio, algo muy sencillo: Respira profundamente y conéctate con el momento presente, verás como lo que te incordia  adquiere una importancia muy relativa, mucho menor. Verás como tu día es tan negro o tan blanco como tu mismo quieras que sea.