Hoy parece que muchos ambientes estén específicamente diseñados para no permitir que las personas conversen, tal vez porque tenemos miedo a hacerlo, tal vez porque en un mundo hiper-comunicado con tanta tecnología, estemos perdiendo de vista el verdadero valor de la comunicación.

Todo en nuestro mundo se desarrolla en el ámbito de las conversaciones. Las relaciones humanas tanto en el ámbito personal (privado o público-social) como en el profesional, se guían por nuestras conversaciones, y de hecho son estas mismas conversaciones las que son capaces de crear nuevas posibilidades y realidades en nuestro día a día.

Existen unas normas básicas para conversar, haciendo que tengamos en cuenta “al otro”, le respetemos y hagamos de ese proceso comunicativo algo creativo, que nos permita enriquecernos a ambos y contribuir a hacer mejor nuestro mundo.

Tanto la escucha como el silencio son elementos que los coaches conocen y utilizan en beneficio de sus clientes, y en general son dos poderosas herramientas que hay que aprender a utilizar cuando en actitud sincera queramos conversar con el otro.

Algunas de las técnicas que más se utilizan en coaching (y al servicio del cliente), son las que se conocen como “El ciclo de la promesa” o “El diseño de conversaciones”. Ambos procesos se enmarcan plenamente en el mundo conversacional.

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